viernes, 14 de agosto de 2009

CIUDAD DE POBRES CORAZONES





Rosario sangra de heridas profundas.
Toda la crueldad, toda la violencia, toda la miseria, que pretende eliminar una sociedad fundada en el lucro, en la ganancia, habita entre nosotros.
Rosario, bella ciudad que reviste con edificios, plazas y estructuras monumentales toda la codicia de un mundo que esclaviza, somete y flagela.
La muerte se paga con muerte. ¿Quién no quisiera lo contrario?
Topadoras avanzan sobre los barrios.
¿Qué le importa a José, obrero de vez en cuando, el colosal casino que le construyeron encima? Si no se va del lugar, morirá aplastado.
La policía, ¿alguien sabe lo que es? Organización dedicada a la violencia. Grupo que reparte golpes, palos, de la forma más racional en la que el estado moderno podía hacerlo.
¿Contra quien? Es obvio. ¿Contra los empresarios que estafan a sus trabajadores? ¿Contra los que planifican construcciones en donde habitan miles de personas tratando de desalojarlos de sus hogares? ¿Contra los que se quieren apropiar de lo que es de todos, como el agua, el petróleo, la tierra plantada con lo que sea y las personas que vienen con ella, los que contaminan para hacer negocios?
La violencia policial esta muy bien organizada. El palo lastima siempre al mismo, a veces con diferentes nombres, pero con los mismos ojos.

Pablo Leonardi

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